miércoles, 12 de julio de 2017

Meditar

Es lo que debo hacer en estos momentos para no dejarme encasillar por la adversidad a mi alrededor. Un ambiente laboral crítico y negativo, compañeros de trabajo sin talento pero con objetivos claros para sacar del medio a quienes sí lo tienen, gerentes de pasos y decisiones oscuras... Nada alentador, ciertamente. Sin embargo, debo anteponer a todo esto mi salud física y mental, mi estabilidad, mi felicidad y mi futuro.
Meditar ayuda a concentrarse en lo positivo, en las cosas buenas que puedo hacer, en todas las posibilidades de crecimiento que me esperan en otro lugar, en otro empleo con opciones de crecer y mejorar.
Debo meditar para preservar mi salud, mantener la calma, oxigenar cada célula de mi organismo, poner mis pensamientos en orden y no desviarme de mi objetivo.
Influencias negativas no faltan, incluso en el entorno familiar que hacen la tarea más "cuesta arriba". Por ello debo ser constante, mantenerme consciente y luchar. Rodearme de gente positiva, actividades que me aporten conocimiento y también esparcimiento. Trazar un plan y seguirlo lo más fiel posible.

martes, 11 de julio de 2017

Una publicación después de mucho, mucho tiempo

Desconectarse del ruido que hay en el entorno se me está haciendo difícil. No he logrado que el ruido que produce la gente molesta a mi alrededor no me perturbe. Sigo escuchando música de meditación, de relajación, de apertura mental... Pero no hay resultado. Nada peor para una persona creativa, que necesita tranquilidad para su trabajo, que estar rodeada de gente molesta, inconsciente, que no comprende la labor de los demás. Es, simplemente, molesto y agobiante. No ando buscando pelea, solo pido un ambiente de trabajo donde haya respeto por quienes requieren silencio y tranquilidad para su desempeño. Pido a Dios paciencia, capacidad para esperar... O me quedo y sigo tratando de sobrellevar la situación o me voy de una vez de este lugar. Lo que tenga que pasar, pasará.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Un momento a solas
Ciertamente, luego de que nos enfrentamos a situaciones de la vida -al ir al trabajo, al tomar el metro, al subir a un ascensor- es que podemos decir que hemos aprendido o no las lecciones (grandes o pequeñas) que la vida tiene para nosotros.
Mi madre algunas veces recuerda que su suegra, mi abuela paterna, decía: "Los ejemplos están allí", están allí en la punta de la nariz y muchas veces, por obstinados, por necios, no los vemos. Y es cierto, los ejemplos están pero muchas veces no los queremos reconocer. ¿Por qué repetir el mismo error dos y tres veces entonces? Necedad del ser humano.
Mi madre también recuerda que mi abuela decía: "Los milagors existen". Es verdad. Lo certifico. Los milagors existen. Y si queremos que uno ocurra, para nosotros o para algun amigo, ser querido, desconocido en problemas... hay que pedirlo. Pero hay que pedirlo con humildad, con el corazón en paz, sin sobresaltos y con la menor angustia posible. Abriendo el corazón y sintiendo desde lo más profundo, en nuestra fe, que lo que pedimos a Dios, al Universo, ya nos ha sido otorgado.
La cosa puede parecer muy difícil, pero es cuestión de práctica. Orar no es fácil, y no hablo de ir a una iglesia a darse golpes de pecho para luego salir a quejarse de todo, a criticar a todos y un largo etcétera.
Hablo de sentarnos unos minutos,. respirar profundo como si fuésemos a meditar o hacer yoga. Luego, hacer una oración -de las he nos han enseñado o una propia, personal- para hablar con Dios. Estaremos entonces en paz, con el corazón en calma, para pedir lo que queremos nos sea concedido. Repito, hay que pedir con humildad pero con seguridad. Nada de autoritarismo, pero sí firmeza y fe.
Porque, no en vano existe la frase: "La fe mueve montañas".
En definitiva, si creemos que algo va a pasar -OJO: bueno o no tan bueno- así es. Porque la fe es esa fuerza que hace que todos los seres, energías, circunstancias se unan para concedernos ESO en lo que estamos pensando con afán. De allí, como dice el Dr. Joe Vitale (The Secret) la necesidad de tener cuidado o simplemente poner atención a aquello que pedirmos.
Entonces, los milagros y los ejemplos son aliados a los que debemos estar atentos. Para aprender, crecer, ser mejores personas y estar en paz.
Esta ha sido mi reflexión, por el momento los dejo y espero no descuidar tanto mi espacio en este blog.
Un saludo fraterno y hasta la próxima.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Comunicarse


Mucho antes de sentir el deseo de estudiar en la universidad estas dos preciosas carreras ya sabía que la comunicación es vital para el desarrollo del hombre, para una vida armoniosa. Porque, más allá de las habilidades psíquicas que cada uno pueda tener, ¿acaso hay que andar adivinando lo que el otro piensa, quiere, siente o no? La verdad, desde niña pensaba, con todo y mi timidez -que luego vencí, gracias a Dios-, que hablando se entiende la gente.

Bueno, aunque en los tiempos actuales las palabras de los sensatos e inteligentes llegan a más oídos sordos que a los que están dispuestos a oír, hay que seguir comunicándose, hay que seguir diciendo las cosas que nos gustan y las que no, las que son buenas y las malas, las que son pésimas y las que son peligrosas.

Que la lingüística, la gramática, la semántica son importantes, ¡claro que sí! Porque algunas veces, no es lo que se dice sino cómo se dice.

La comunicación en todas las formas posibles es necesaria y saludable. Hablar, brindar una sonrisa, un abrazo; esperar callado es otra forma de comunicarse, de hacerle saber al otro que respeta su momento de dolor o de introspección.

Hoy en día tenemos tantos emisores, tantos mensajes, pero tan pocos receptores. Los más jóvenes y los niños, que son como una esponja absorbiendo todo a su alrededor, están cópiando solo lo menos conveniente. De los adultos alrededor solo reciben quejas, lamentos, hasta insultos.

El entorno habla también, pero a gritos; es un entorno ruidoso, que aturde y raras veces podemos desmembrar los mensajes importantes debido al corneteo de los carros en el tráfico unidos a los improperios de un buhonero porque la policía lo corretea por la ciudad y los gritos de los transeúntes por miles de razones. Esta comunicación, casi de una sola vía, es agresiva.

La naturaleza nos habla, cada día. Los árboles nos dicen qué época del año es, si es que los vemos alguna vez. El cielo, con la aparición de constelaciones, lluvias de estrellas y planetas, también nos habla y nos previene sobre algún cambio del clima; si es que alguna vez, en nuestro diario corre corre, le dedicamos una miradita.

Todo, dentro y fuera de nuestro ser, nos dice algo. Porque el cuerpo también dice si algo no está funcionando como debe ser... pero no ponemos atención o simplemente ignoramos sus mensajes supuestamente por falta de tiempo.

La cosa es que tenemos la facultad de hablar, escrirbir, oír y parecemos mutantes de otro planeta, seres incompletos, porque no nos comunicamos. O si lo hacemos, es de una pobreza que da ganas de llorar.

Una palabra, una frase, una carta (de puño y letra o por mail, no importa) puede hacer la diferencia entre un día oscuro y uno radiante, lleno de prosperidad.

Entonces, a comunicarse.


Hasta la próxima

lunes, 28 de marzo de 2011

Siento no haber escrito antes... me he dejado absorber por mi trabajo, la rutina de traslado a mi casa que normalmente me agobia. Pero bueno, siempre hay tiempo y lo importante es que de nuevo estoy aquí, para compaertir con otros por esta vía. Hoy tengo ganas de hablar de la situación de salud en el mundo. Los humanos nos descuidamos tanto con nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro espíritu. Nos alimentamos mal, o con mucha prisa. Dormimos poco o de manera entrecortada, hacemos poco ejercicio o simplemente el rutinario de ida y venida todos los días... Esto en el aspecto físico. Si hablamos de la mente, la ejercitamos al mínimo... aunque bueno, yo por lo menos he comprado algo que me gusta mucho: los libritos de sopas de letras, criucigramas, autodefinidos y otros pasatiempos para mantener mi mente ocupada. En cuanto al espíritu, ya casi no oramos, no hacemos introspección o meditación para reencontrarnos con nosostros mismos, y con Dios. Cuánta falta nos hace orar. Es impresionante cómo una oración nos da tranquilidad, paz, felicidad. Ayuda a dormir, a concentrarse, a encontrar la solución a un problema. En fin, como decía al principio, siempre hay tiempo. Entonces, lo que se puede hacer es tratar de que ese momento, de diez o quince minutos que tomamos para alguna actividad que nos gusta sea de calidad, de amor, de regocijo. Que se aun momento de paz que perdure en nuestro corazón por largo tiempo. No es difícil, lo que pasa es que siempre nos ponemos una excusa por delante para no tomar uno sminutos para nosotros. Y pensar que Dios, quien nos creó a su imagen y semejanza, nos ha dado tiempo para todo. Pero... nunca es tarde para comenzar, ¿verdad? Inicia hoy con un minuto de silencio para ti, para sentir tu respiración. Mañana, toma dos minutos, visualiza un mandala, pronuncia un mantra o el famoso ohm!!!, sintiendo cómo vibra tu cuerpo al hacerlo... Además de relajar genera sensación de bienestar. Con los días se puede llegar hasta quince minutos. Claro está, no hay que hacerlo en plena faena laboral. Puede ser al levantarte, en la hora del almuerzo o en la noche, al llegar a casa. Los beneficios no se harán esperar. Espero conectarme más seguido, me lo he puesto como propósito. Doy gracias a Dios por bendecirnos cada día, cada segundo de nuestras vidas. Hasta pronto.

martes, 9 de marzo de 2010

de todo un poco


Exactamente de eso se trata la vida... no llegamos a entender nada a fondo, entendemos y aplicamos retazos de cualquier aspecto: afectivo, laboral, sentimentales, profesioanles, personales...

El sentido de la vida quizás es, simplemente, aplicar lo que vamos aprendiendo, con inteligencia y sentido común, sin caer en la petulancia, en el "yoísmo", en aquello de: "es que esto se hace así", o lo otro de: "lo que tu tienes que hacer es"... No, precisamente, porque no somos especialistas en nada. Mucho menos en relaciones humanos. Cierto es aquello de que nunca llegamos a conocer a quienes nos rodean. Pero, es más profundo aún; nunca llegamos a conocernos a nosotros mismos. Porque no tenemos ni idea de cómo vamos a reaccionar ante uno u otro evento, momento, persona, palabra, opinión.

La cosa no es fácil... Sin embargo, el conocimiento, la capacidad de discernir de cada humano, es lo que prevalece aquí y en el Polo Norte... No sabemos más allá de nuestro planeta.
Nadie dijo que es fácil; eso nos hacen creer algunos, o nosotros mismos nos convencemos. No hay fórmulas mágicas...
Para llegar a ser un individuo integral se requieren diversos elementos, que son, por supuesto, moldeados por el carácter y personalidad de cada quien. Eso sí, un ingrediente que no debería faltar es la humildad: con nosotros mismos, con nuestros padres, hijos, hermanos, vecinos. Con Dios. Porque la soberbia no es buena consejera... Eso se aprende a lo largo de la vida y no necesariamente con "golpes". Bastan algunas experiencias, eventos, hasta una conversación o una lectura para darse cuenta de que todo lo asociado con la soberbia termina mal. Pues, sustituyámosla por el ímpetu, el sano empeño, los sueños y aspiraciones. Con optimismo, claro está.
Fíjense que recientemente en TV escuché que alguien dijo que "hay que sentirse para llegar a ser". Una forma simple de expresar lo que viene postulando The Secret, o El Secreto": la visualización. Pero creo que ese es tema de otro momento.
Un placer

martes, 19 de mayo de 2009

Cuando nos sentamos a meditar, a pensar con detenimiento en nuestro comportamiento, actitud hacia los demás, nuestra forma de enfrentar cada situación, podríamos llegar a una conclusión triste y desafortunada: estamos al borde de la locura. Y todo por querer ser perfectos: padres perfectos, hermanos perfectos, amantes perfectos, profesionales perfectos... Sin duda, los animales del mundo silvestre son realmente inteligentes; buscan su supervivencia no hacerse daño indiscriminadamente como lo hace el ser humano, con las drogas, los vicios... Nunca se ha visto en el mundo silvestre que un tigre o un pavo real se mutilen; el hombre lo hace al inhalar las más destructivas drogas. No es posible tanta torpeza sin que el búmerang se devuelva dándonos la trastada en la cabeza.
Es tiempo de reaccionar; hasta el planeta Tierra está harto de nuestras torpezas y lo manifiesta como lo sabe hacer; con sismos, deslaves, erupciones volcánicas, incendios...
Es imperativo reflexionar, reaccionar, tomar las riendas de nuestra vida con responsabilidad.